viernes, 4 de mayo de 2018

ESTUDIAR 100% VIRTUAL





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OIGA MIJO, ¿Y ESO SI SIRVE?
Mi ciudad es pequeña, de esas donde la gente todavía se saluda en la calle. Con no más de 250 mil habitantes de los cuales menos de la mitad viven en la zona urbana y a dos horas de la capital del Valle del Cauca, Tuluá sigue teniendo muchos de los valores tradicionales en política, cultura y religión.  Aunque parezca extraño, es una ciudad universitaria que cuenta con varias instituciones de educación superior a donde acuden jóvenes de municipios cercanos. Estudiantes de medicina, derecho, contaduría, enfermería, administración de empresas, ingeniería y otras carreras más, con sus mochilas repletas de libros y cuadernos (algunos con uniforme) van y vienen dándole un toque académico y casi que arquitectónico.  Para el habitante de Tuluá esto es ya parte de su imaginario de ciudad.  Aquí vivo yo.
Muchos de estos jóvenes estudiantes llenan la aulas de las instituciones de educación superior estudiando carreras que no van con su verdadera vocación, ya sea porque no les alcanza el dinero para costear la carrera que quieren o simplemente porque no hay una universidad que ofrezca el programa.
Esta introducción podría sonar sin sentido práctico en este contexto pero me sirve para ilustrar muy bien mi situación -que puede ser la de muchos- al decidir qué quiero estudiar, dónde quiero hacerlo y con qué tiempo.  La respuesta a este tipo de preguntas están relacionadas a condiciones externas del deseo de estudiar.  Algunas de estas condiciones son: la ubicación geográfica, los recursos, el trabajo, la responsabilidad familiar y algunas otras pero, sin duda, la que considero más relevante es el tiempo.
Ahora sí redondeo la idea.  El gesto de la mujer en la imagen al principio el blog y su descripción fue lo primero que vi y oí cuando comunique mi decisión de escoger la modalidad virtual par completar mis estudios superiores.  A las subsiguientes explicaciones de qué es, cómo funciona y cuáles serían los resultados continuo el gesto escéptico.  Para muchos, la idea de estudiar sin ir a un aula de clase física con profesor, pupitres y tablero es, por desconocida, impensable.
Lo que no saben, por falta de investigación, tal vez, es que  las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) nos dan la posibilidad de solucionar estas necesidades educativas a través de la internet que, una vez se disponga de las herramientas tecnológicas necesarias (computador, modem), nos servirá de base para el desarrollo del aprendizaje.
Pero estudiar con la ayuda de las TIC y las herramientas de la web 2.0 requiere de otras condiciones que deben cumplirse para aprender.  Ademas de las herramientas tecnológicas se requiere también un buen ambiente para estudiar, cómodo, silencioso, que sea propicio para la concentración y la introspección.  Hasta aquí la parte física de los requerimientos.
Tener claro el concepto de aprendizaje autónomo es el más importante requerimiento para estudiar con las TIC.  Establecer una buena metodología en cuanto a horarios y tiempos de lectura, prioridades en los tiempos de entrega de actividades supone una férrea disciplina ya que la dependencia profesor-alumno no existe y el estudiante debe ser consciente de que sólo él es responsable de sus saberes y cómo los obtiene.  En la universidad presencial también se habla de aprendizaje autónomo cuando nos dicen que por cada hora recibida en clase se deben invertir tres más en casa y eso se debe porque allí esta el éxito del buen saber, porque amplía el conocimiento a través de material complementario, intercambio de opiniones o conocimientos con los pares y colaboración con los pares.  Lo mismo sucede en la virtualidad ya que se cuenta con las herramientas necesarias implementadas en las TIC como las wiki, los blogs, los chats, los foros y las redes sociales que hacen posible la ampliación de conocimientos, la colaboración con los pares permitiendo trabajos grupales, conceptualización, preparación de exámenes y obviamente la participación en tutorías sincrónicas o asincrónicas. Todo lo presencial se puede hacer en el ámbito virtual según el modelo constructivista (Hernandes 2008) con la ayuda de las nuevas tecnologías.  A mi modo de ver, estas herramientas nos acercan más intelectualmente pero nos van alejando a nivel social en términos de contacto y construcción de tejido humano real.  Pero eso es otra historia.
En conclusión la autonomía y la autorregulación constituyen el cuerpo de la disciplina aplicada al aprendizaje autónomo motivado por el hecho de estar vinculado a un proceso virtual o a distancia.


REFERENCIAS

Ángel-Uribe, I. (2012). Autonomía de las prácticas de estudio en ambientes virtuales de aprendizaje. (Artículo de reflexión derivado de investigación o de tesis de grado) Revista Q, 7 (13), 14, julio - diciembre. Recuperado de:
Ruiz Aguirre, Edith Inés (2015) Competencias comunicativas en un proceso de formación docente en el entorno colaborativo de aprendizaje virtual. Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara. Recuperado de:


















ESTUDIAR 100% VIRTUAL

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